Archivo de febrero 2011

La Calle Real (I)

febrero 26, 2011

Real fue el nombre de la calle principal y más concurrida de mi pueblo; así le llamaron desde los tiempos de la colonia; de esa manera se quería consagrar la supuesta magnificencia de las personalidades de la realeza y rendir tributo a los monarcas españoles.

Esa calle es tan antigua como los acontecimientos que dieron lugar  al surgimiento de mi pueblo. Se dice que en 1738, en un mapa de la época, es señalado por primera vez un lugar dedicado al corte de madera que por su ubicación corresponde al actual territorio de Jovellanos. Al año siguiente, en 1739, en otro plano, también por vez primera, se muestra al pequeño caserío de Bemba.

En 1756 se establece el servicio postal interior de Cuba con jinetes que partían desde La Habana para recorrer la Isla y llegar a Santiago de Cuba; hacían el cambio de sus cabalgaduras en haciendas y pequeñas aldeas a lo largo del trayecto; esta senda se convierte en el Camino Real de la Isla de Cuba y llama la atención que sus principales puntos y lugares indican hoy el curso por el cual se prolonga la Carretera Central de mi país. Desde aquel tiempo Bemba o sus cercanías inmediatas formaron parte de esta ruta; ello indudablemente favoreció su crecimiento demográfico y económico. Es de suponer que la estrecha y corta calleja a ambos lados de la cual se ubicaron las viviendas y locales que dieron vida a la incipiente aldehuela, fue prolongación o derivación natural de este Camino. De allá presumo la antigüedad de la Calle Real de mi pueblo.

Con el tiempo Bemba creció gracias a la laboriosa actividad de sus moradores, su desarrollo cobró impulso con el surgimiento y auge de la industria azucarera en la zona. Cuantiosa mano de obra de negros africanos sometidos a la esclavitud fueron obligados a trabajar bajo el látigo para cultivar y cosechar la caña de azúcar en las haciendas aledañas y formaron parte de las dotaciones de los centrales azucareros creados en sus alrededores; otros, sin perder su condición de esclavos, pasaron a integrar la servidumbre de familias adineradas del poblado.  En aquellas tierras se daba de todo en abundancia y se desarrolló la ganadería. La industria de la fundición y fabricación de piezas para centrales y trapiches prosperó. La aparición del ferrocarril a fines de 1840 dio impulso a la economía local. Cobró fuerza la parcelación y urbanización.

Cuentan que en aquellos años proliferaron en la Calle Real diferentes establecimientos comerciales, tabaquerías y otros pequeños negocios, entre ellos cafés y hoteles de variada y abundante oferta; a pie, a caballo, o en relucientes coches y volantas, los habitantes del lugar, mostrando sus mejores galas, gustaban realizar sus paseos por esa calle. Asimismo se realizaban paradas o desfiles, procesiones y otros festejos cívicos y religiosos a lo largo de la misma. Por esa vía también deambulaban algunas personas de pobrísima estampa pidiendo limosna y amparo.

En esa época el aspecto general de Bemba era similar al de otros pueblos del interior del país. Sus calles sin pavimentar, algunas convertidas en puros lodazales en tiempos lluviosos, permanecían casi a oscuras en la noche debido al escaso alumbrado público; muchas de las viviendas a ambos lados de las mismas eran viejos caserones de alto puntal, de enormes puertas y ventanas, en las que se mantenían costumbres patriarcales. La Calle Real, en aquellos tiempos, fue testigo excepcional de no pocas actividades conspirativas y protestas contra la dominación colonial española.

El establecimiento en 1858 de la Administración de Correos; la creación en 1868 del Tren especial de cargas a Bemba para transportar los productos desde nuestra zona hasta Matanzas y la instalación del alumbrado público de keroseno en Agosto de 1870, marcaron momentos importantes en la vida de nuestro pueblo. Bemba se había convertido en próspera población y florecía su Calle Real.

Ante los avances y el pujante desarrollo de nuestra población, el 13 de Septiembre de 1870 se decide por las autoridades españolas cambiar la denominación  de Bemba por la de Jovellanos en homenaje a Don Gaspar Melchor de Jovellanos, destacada personalidad española y universal, nombre que ostenta con orgullo mi querida tierra desde entonces y para siempre. El 14 de Diciembre del propio año se le concede a Jovellanos el título de Villa. Como es natural, parte significativa de las festividades y agasajos por tales acontecimientos se desarrollaron en la vía más importante de mi pueblo.

De muchos otros hechos históricos ha sido testigo la Calle Real, entre ellos:

– Parte significativa de la vida y la obra de Domingo Mujica: recordar que nació el 15 de Septiembre de 1865 en la casa situada en la esquina de Real y Obispo, lugar que después ocupara la tienda de víveres “La Aurora”, hoy Museo Municipal que lleva su glorioso nombre. Años después esta calle podría dar fe de su actividad conspirativa y de muchos hechos protagonizados por él en defensa de nuestra cubanía. El 12 de Agosto de 1895 le llevaron esposado por toda la calle Real, como trofeo de guerra; recordar que  tras desigual combate fuerzas españolas lograran apresarlo a pesar de su resistencia y que llenos de emoción y dolor los jovellanenses le vieron pasar con la frente altiva, mientras algunos españoles trataron de humillarlo con gritos y denuestos. A los pocos días fue fusilado tras  rápido juicio sumarísimo. Recordar que en Enero de 1898, al ser evacuadas del pueblo las últimas fuerzas españolas la población se manifestó jubilosa y creció el alborozo popular en la calle Real cuando algunos patriotas buscaron a los peninsulares que habían humillado a Mujica y los obligaron a gritar repetidas veces “Viva Cuba Libre!”, “Viva Domingo Mujica!”.

– El 29 de Diciembre de 1898 hizo su entrada en Jovellanos el general Clemente Gómez y sus fuerzas insurrectas, recorriendo, entre otras, la Calle Real, siendo acogidos con regocijo por los pobladores. Semanas después llegó su Estado Mayor y entre sus oficiales, el médico Coronel del Ejército Libertador Antonio Esperón, natural de Jovellanos.

– El 20 de Febrero de 1899, el tren que conduce hacia la capital del país al Generalísmo del Ejército Libertador Cubano, Máximo Gómez Báez, se detiene en Jovellanos, se estaciona en medio de la localidad, en la Línea y la Calle Real. Allí se reunió con la madre y la hermana de Domingo Mujica, señora Juana Carratalá y señorita María Mujica, y aunque no existe constancia de lo tratado, de seguro les ofreció sus condolencias, les brindó apoyo y consuelo y reconoció la grandeza del ejemplo de Domingo. Ese día Gómez y sus acompañantes dieron un corto paseo por el pueblo, fue aclamado entusiastamente por los jovellanenses y para orgullo nuestro, en acto oficial fue proclamado hijo adoptivo de Jovellanos.

Existe un documento* que relata las opiniones de un visitante a nuestra población publicado en 1919, en el que, entre otros asuntos, se dan impresiones acerca de nuestra Calle Real, la que en ese momento se nombra Martí. Allí se dice:

 “El pórtico de la calle Martí, que es para Jovellanos lo que es el Boulevard des Italiens para París, es una magnífica película cinematográfica en la que desfila toda la población de la ciudad y de los alrededores.

“Prominentes y humildes, candidatos políticos y políticos tronados, guajiros de raza blanca y de color, negritas que se forjan la ilusión de ocultar el ébano de sus mejillas bajo una capa de polvo de talco o de arroz, lindísimas mujeres criollas auténticas, hombres del pueblo bajo que hablan en voz muy alta, apareciendo deseosos de contar a todos sus asuntos particulares, y a veces algún pordiosero de muchos años y de muchas dolencias físicas y morales que pide una limosna para vivir todavía…
 
“Todos estos tipos pasan y vuelven a pasar por el pórtico, curioseando por el frente de los restaurantes completamente abiertos, en donde cada día suelen almorzar o comer los forasteros, que son las novedades de Jovellanos.
 
“Y afuera del pórtico, por la calle, se alternan automóviles, carretas y gente del campo, jinetes en esos caballitos criollos que corren sin sacudimientos para los que los montan, moviendo las ancas con mucha coquetería…”

* Acerca de la Cultura Cubana. Excursiones por la provincia de Matanzas: Parte 2da: Jovellanos. Editado en 1919 por Adolfo Dollero. (Tomado de Internet)

Continuará…