Archivo de junio 2010

Los Ferrocarriles en Jovellanos (II)

junio 21, 2010

La Estación de Ferrocarriles de Jovellanos fue inaugurada en 1914. Imagen que la muestra unos años después. Foto de Internet.

Rápidamente Jovellanos se convirtió en importante nudo ferroviario. El rústico y pequeño establecimiento creado en los inicios para facilitar la carga y descarga de mercancías y el embarque y movimiento de pasajeros dio paso a la inauguración  en 1914, al finalizar la calle Rabí, unos 100 metros al norte después de pasar la calle Martí – Real -,  de una moderna estación de trenes diseñada y construida con los requerimientos y recursos más avanzados de la época, dotada de magnífica edificación con salón para viajeros, local para la venta de boletines, sala de comunicaciones telegráficas, locales para enviar y guardar paquetes – servicio ofrecido al público a través del ferrocarril – y baños para damas y caballeros; partiendo de este inmueble, a orillas de las vías principales se erigieron amplios y alargados andenes levantados sobre sólida base de hormigón, con columnas y vigas de acero para apoyar el extenso techado metálico a dos aguas que facilitó el movimiento de pasajeros, mercancías y paquetes, y su protección del sol y las inclemencias del tiempo.

Esa estación dispuso de líneas y ramales auxiliares con un sistema de

Croquis de la Estación de Ferrocarriles de Jovellanos, sitio histórico de nuestro querido pueblo. Elaborado por el Autor para queridatierra.wordpress.com. Hacer Click sobre la imagen para ampliarla.

señalización manual para asegurar la afluencia y espera de los trenes con sus convoyes de numerosos coches, el enroque y cambio de dirección, el dar paso a otros o incorporar más vagones a los mismos.

Una vista desde el lugar donde estuviera la caseta de control de señales y cambio de chuchos en la intersección de la Línea y la calle Real de Jovellanos. Foto Abril 2010.

En sitios convenientes se ubicaron casetas con el personal designado para detener o cambiar la dirección de los trenes mediante la conmutación de las agujas o  chuchos, y garantizar la seguridad al paso de vehículos y peatones en los cruces o lugares de coincidencia de las vías ferroviarias con caminos, carreteras y calles.

Se observa uno de los grandes almacenes o depósitos de mercancías de la antigua Estación de Ferrocarriles de Jovellanos. Foto 2009.

También se levantaron naves o depósitos destinados al almacenaje y la carga y descarga de mercancías y se crearon locales destinados a los equipos de mantenimiento y limpieza de vías. Además, se construyó un taller de reparaciones bien equipado y se habilitaron líneas auxiliares para la Fábrica de Jabón de La Gravi y otra a la Fundición.

Al poco tiempo, en céntrico espacio de la estación, se edificó una pintoresca cafetería que entre sus variados productos a la venta, alcanzó fama por la oferta de <<Las mejores costillas de puerco empanizadas de Cuba>>. Ese no sólo fue su slogan publicitario, expuesto en un gran letrero en la parte superior del centro gastronómico, pues la indiscutible calidad con la que preparaban ese plato, disputado por los viajeros que apresurados se lanzaban desde los coches en las breves paradas de los trenes para comprarlo, comerlo ávidamente y llevar para sus acompañantes, lo confirman sobradamente; no pocas personas de la propia  localidad también acudían para adquirirlo. A mi pueblo se le conoció, entre otras muchas cosas buenas, por las sabrosas costillas de puerco de su estación de trenes.

A mediados de la década de 1970 se emprendió la llamada modernización del sistema de ferrocarriles de Cuba mediante la cual el gobierno se propuso reparar y reconstruir una parte del Ferrocarril Central en el tramo La Habana-Santiago de Cuba con el objetivo de que circularan trenes con velocidades de hasta 140 kilómetros por hora, con novedosa tecnología y altos niveles de seguridad en su operación. Sin embargo, según reconocen los propios gobernantes y la prensa cubana, el estado y el nivel de funcionamiento actual de los ferrocarriles y sus vías férreas distan de alcanzar aquel objetivo.

La histórica Estación de Ferrocarril destruida. Foto 2009.

Aquella modernización llegó a Jovellanos; incluyó, entre otros aspectos, trasladar un kilómetro hacia el norte las vías del Ferrocarril Central que pasaban por dentro del pueblo para tenderlas por las inmediaciones de Madan, lo que obligó a construir un elevado o paso a nivel superior para permitir el tránsito de la carretera que conduce a Carlos Rojas, abandonar la magnífica e histórica estación o terminal de trenes y edificar una nueva, con sus vías de enroque y otras instalaciones a similar distancia, al este de la localidad. Uno de los objetivos logrados con esta modernización, hasta el día de hoy, ha sido el añadir dificultades a los viajeros que requieren embarcarse en este importante medio de transporte, junto a sus equipajes, para llegar hasta la alejada terminal, y de igual modo, para quienes vienen de viaje, el trasladarse desde este punto hacia el pueblo. Por supuesto también desapareció aquella Cafetería con la oferta del plato que la hiciera famosa.

Pero no sólo eso, para asombro de los jovellanenses y de muchas otras personas, la vieja e histórica Estación de Trenes de mi pueblo está totalmente en ruinas y allí reina la desolación.

La antigua Estación de Ferrocarriles; allí reina la destrucción y la desolación. Foto 2009.

Tal parece que tan memorable rincón de mi pueblo fuera blanco del supuesto y tantas veces anunciado  << golpe aéreo masivo de la aviación enemiga >>. Estas instalaciones quizás pudieron emplearse en algo útil para la economía local. Pero por encima de todo, este lugar se debió cuidar y venerar, su deplorable estado es otra muestra de como se subestima y se atenta contra nuestra rica historia.

OTRAS IMAGENES.

La antigua Estación de Ferrocarriles de Jovellanos. La imagen habla por si misma. Foto Abril 2010.

Había sido inaugurada en 1914. Foto Abril 2010.

En la antigua Estación de los Ferrocarriles de Jovellanos. Se aprecian las estructuras de acero que sostuvieron el amplio techado metálico a dos aguas que allí existiera. Al parecer aun se utilizan algunas vías férreas y áreas de almacén. Foto Abril 2010.

Continúa en próximo artículo.

Los Ferrocarriles en Jovellanos (I)

junio 16, 2010

En Inglaterra, entre las localidades de Stockton y Darlintong, se establece el primer ferrocarril del mundo en 1825. Le sigue Estados Unidos en 1829 al extenderlo entre las ciudades de Baltimore y Ellicotsmills. Posteriormente fueron Francia, Alemania, Bélgica y Rusia. Cuba, aun colonia española, inaugura la línea Habana-Bejucal el 19 de Noviembre de 1837. En España ocurre 11 años más tarde, el 28 de Octubre de 1848, con el ferrocarril desde Barcelona hasta el poblado de Mataró. Nuestro país fue el séptimo en el planeta, el segundo en el hemisferio occidental y el primero de iberoamérica en disponer de tan importante avance de la ciencia y la tecnología en los medios del transporte.

Croquis que muestra la aparición y extensión de los ferrocarriles en la provincia de Matanzas. Elaborado por el Autor para queridatierra.wordpress.com. Hacer Click sobre la imagen para ampliarla.

Por aquel tiempo el territorio de Bemba se distingue por la producción de azúcar, el desarrollo fructífero de diferentes cultivos y la fabricación de piezas y materiales para los trapiches e ingenios azucareros, características que unidas a su excepcional posición geográfica determinan el interés de la naciente Compañía de Ferrocarriles asentada en Cárdenas por tender una línea férrea con el propósito de transportar mercancías desde nuestra comarca hacia la zona portuaria de la citada ciudad para utilizarlas en el comercio internacional y trasladar por mar una parte de ellas hacia otras regiones de nuestro propio país; recordar que en aquel tiempo no existían caminos ni los vehículos apropiados para llevar a grandes distancias crecidos volúmenes de productos.

En Navajas. En el punto donde coinciden las vías que provienen de Jovellanos, continuan al sur y al este. En la foto una vista hacia el oeste, en dirección a Bolondrón. Foto del Autor (2009)

Es entonces que desde Cárdenas se instala el ferrocarril hasta Cimarrones – Carlos Rojas – en Septiembre de 1840 y llega al poblado de Bemba – Jovellanos – en Diciembre del mismo año. En fecha tan temprana se favorece nuestro querido pueblo con la aparición del novedoso avance en el transporte de mercancías y pasajeros, contribución fundamental a su desarrollo económico, político y social. Poco después, en 1844, esas líneas se extienden al sur en dirección a Navajas; al este, hacia Perico en Diciembre de 1850, a Nueva Bermeja – Colón – en Febrero de 1851 y alcanza Agüica en Diciembre de ese año; al oeste conecta con Coliseo en Septiembre de 1859, población que desde Febrero de 1848 ya estaba unida a Guanábana y Matanzas; de tal manera Bemba –Jovellanos -, queda enlazada por vía férrea a toda la provincia y poco después, hasta hoy, a la totalidad del país.

La Junta. Locomotora que se muestra en el Museo del Ferrocarril de Cuba. La más antigua del país que se conserva. El 1ro. de noviembre de 1843 comenzó a prestar servicio de carga y pasajeros en Matanzas. Foto de Internet.

El ferrocarril obligó a desarrollar de inmediato la comunicación telegráfica hacia diferentes puntos y estaciones, instalar equipos para abastecer de combustible y agua a las locomotoras y adoptar otras medidas.

Dada su eficacia, en corto tiempo el “camino de hierro” también se extendió desde los centrales azucareros hacia las áreas designadas a fin de recoger y transportar la caña de azúcar para molerla durante las zafras, configurándose una ramificada red de vías que entroncaron o se cruzaron con las principales.

Alrededor de Jovellanos existieron varios ingenios, algunos de ellos desde los tiempos de la Colonia que desaparecieron hace muchos años y otros con sus redes ferroviarias propias que en fechas recientes fueron desarmados o desactivados, como el Soledad – Julio Reyes Cairo -, Carolina – Granma -, Santa Amalia – Victoria de Yaguajay – y Dolores – Jaime López -; de tal manera, alrededor de nuestro querido pueblo en la actualidad ya no queda ninguno, similar a lo ocurrido a la inmensa mayoría de estas fábricas en el territorio nacional, por lo cual ha desaparecido la mayor parte de la que fuera orgullo de Cuba, su otrora poderosa y fecunda industria del azúcar, sus ferrocarriles y las extensas y productivas plantaciones cañeras donde se cultivara la caña de azúcar, con las graves consecuencias económicas, políticas y sociales que de tal DESASTRE se derivan.

Imagen relativamente reciente del antiguo Central Soledad, después llamado Julio Reyes Cairo, desactivado o desaparecido. Foto tomada de Internet.

En la actualidad es evidente la virtual decadencia de bateyes y poblados que rodeaban a los muchísimos centrales azucareros desaparecidos. No deben ser pocas las personas que sueñan con la febril labor que en el pasado realizaban para poner a punto el ingenio y empezar la zafra; con la creciente actividad durante la propia molienda y sus benefactoras repercusiones cotidianas en la animación de la vida del batey.

También desapareció el ferrocarril cañero del antiguo Central Soledad. Aquí lo restos de una de sus locomotoras. Foto de Internet.

De pequeño, junto a mis mayores, conocí Soledad al frecuentar la casa de los Mainoldy, quienes se convirtieron en personas muy cercanas. Allí, junto a sus padres y hermanos vivía Teresa, la novia de mi tío Reynaldo ( Pipo). Ellos se casaron y fueron a vivir a Jovellanos; fruto de este matrimonio que perdura hasta hoy son sus hijos Reité, Teresita, Reynaldo y varios nietos, todos parte de mi querida familia. 

Visité más de una vez el Central Soledad en plena zafra. No olvido la suave y dulce fragancia resultado del proceso de las mieles durante la molienda; tan agradable aroma la percibía al acercarme desde la carretera a la entrada del querido lugar…

Esto es lo que queda del antiguo Central Soledad, después llamado Julio Reyes Cairo. Foto tomada de Internet.

En mi memoria la peculiar silueta de la guagüita de los Nieves conducida por Mario Vázquez y sus viajes desde Jovellanos hasta el batey del que después llamaran Julio Reyes Cairo para llevar y traer a los trabajadores en el horario de sus turnos de entrada y salida, y transportar otras personas que regularmente daban estos viajes hasta el pueblo, algunas de ellas fueron mis compañeros de la Secundaria que allí vivían, entre los cuales recuerdo a Julio Machado, Magaly López, Gladys y Maria Fiallo, Libia López Concepción, Sonia Moreno, Juan Díaz y otros que al cabo de tanto tiempo no logro precisar sus nombres.  

Continua en próximo artículo…