Un amigo me comenta la existencia en Internet de una página nombrada Sitial Histórico Empresa Jovel-Suchel en la que se habla de La Gravi, destacada industria cubana desaparecida hace muchos años, querida y recordada por la gente de mi pueblo, y me la recomienda. De inmediato la localizo, la leo y no conforme, la imprimo para examinarla. Impresionado por su mendaz contenido se lo manifiesto a mi amigo y me propuse exponer esta opinión en DE NUESTRA QUERIDA TIERRA; demoré en hacerlo, ha pasado cierto tiempo y al disponerme a publicar lo que pienso sobre el Sitial lo busqué de nuevo para confirmar su contenido y no lo encontré. Sin embargo, descubrí uno de mayor alcance y jerarquía que copió sus ideas y las reproduce… Claro, ambos proceden de la misma «casa matriz»: forman parte del andamiaje propagandístico del aparato ideológico del llamado partido comunista de mi país.
ECURED es una plataforma digital organizada y financiada por el gobierno cubano con el fin de realizar propaganda política a escala internacional a través de Internet. Cuenta con personal calificado para operarla y analistas y especialistas que elaboran, revisan y aprueban el contenido de sus páginas; ellos la definen literalmente como… “una enciclopedia colaborativa en la red cubana, en idioma español, que hace de la voluntad de crear y difundir el conocimiento, con todos y para el bien de todos.” Y en otro momento, falsamente y sin verguenza alguna, expresan: “La enciclopedia cubana ECURED surge ante la necesidad de aportar conocimiento universal (…) para de esa manera ser accesible a la inmensa mayoría de los cubanos, que por causa de las restricciones que el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos impone contra Cuba, no puede acceder a Internet.” ¡Eso es lo que quieren hacer creer, cuánta mentira y cuánta maldad! Ellos son los que le niegan al pueblo acceder a Internet, son muy pocos los que viven en Cuba que puedan pagar las altas tarifas en dólares para tener esa posibilidad; a fin de cuentas los destinatarios reales de lo que dicen en sus páginas electrónicas es la «gente de afuera», es decir, tratan de inculcar sus ideas a la gente común de otros países que masivamente y sin limitaciones tienen acceso a Internet.
ECURED dedica una página a JOVEL en la que señala la resolución del gobierno de Cuba mediante la cual se crea en 2009 la Empresa Suchel-Jovel y mencionan con cierta grandilocuencia apartados que denominan caracterización, objetivos sociales, misión y visión, para después narrarnos una historia con ideas reveladoras.
Afirman que los antecedentes y pasos iniciales de Jovel ocurren en las primeras décadas del pasado siglo al surgir La Gravi, de tal modo se autoproclaman herederos, continuadores de la exitosa trayectoria de esta industria y del orgullo y el cariño con que la recordamos no solo los jovellanenses, sino muchísimos otros cubanos, sobre todo los que disfrutaron de sus magníficos productos de jabonería y perfumería. Siguiendo el patrón de conducta que les caracteriza, tratan de atribuirse los méritos de otros y en el intento de alcanzar el malintencionado propósito, entretejen una mítica leyenda en la que mezclan cándidamente la mentira con la verdad, hasta exhiben una foto de las instalaciones de Jovel en la que sin pudor alguno expresan al pie de la misma: “Sucursal Gravi”.
Hablan de la prolongación de La Gravi hasta nuestros días lo cual es totalmente imposible. La afamada industria, genuinamente cubana, dejó de existir en 1960 gracias a la nacionalización decretada por el gobierno llamado revolucionario el cual de inmediato establece en las instalaciones que acabaran de expropiar la Unidad No 3 “Luis Ávila Rosales” de la Empresa Consolidada de Jabonería y Perfumería del Ministerio de Industrias de la República de Cuba. Es decir, con la nacionalización o intervención terminan la vida de La Gravi, por lo que tal continuidad – palabra de moda en el léxico actual de los gobernantes cubanos – nunca pudo existir, si se apegaran a la verdad y continuadores sinceros quisieran ser, en todo caso tendrían que decir que Jovel es una prolongación de la Unidad No 3 que ellos mismos, al cabo de algunos años, acabaron por exterminar.
Importante comprender que La Gravi y Jovel, fueron, y siempre serán, cada una en su tiempo, entidades económicas completamente diferentes en sus rasgos esenciales, una no es continuación de la otra, algo que quizás algunos bien intencionados no logran entender. La Gravi fue propiedad privada, sus dueños fueron accionistas miembros de una sociedad anónima, lo que al contrario de lo expresado por ECURED nunca los distanció de sus trabajadores, existen no pocos ejemplos que demuestran la cordialidad y ayuda de la patronal de La Gravi hacia sus trabajadores. En contraposición, Jovel es propiedad colectiva o socialista, <<pertenece a todo el pueblo>>, lo que realmente significa que sus verdaderos dueños son los gobernantes cubanos, quienes con su vida privilegiada – la de ellos personalmente, la de sus familiares y la de sus colaboradores – están cada vez más alejados de las necesidades y carencias del pueblo que se autoproclaman representar, arrogándose además el derecho de compartir esa posesión – en este caso la Jovel y los beneficios que reporta – con firmas extranjeras, por lo que no sólo los intereses de los gobernantes dictan el manejo de la nueva empresa, sino que personas de otros países participan con capital y otros recursos para actuar, junto a ellos, como dueños de Jovel y obtener ganancias en dólares y disfrutar de otras prebendas en suelo cubano que les brinda el pretendido gobierno del pueblo.
Vistas bajo el prisma de las relaciones de propiedad, notorio concepto de la economía política marxista-leninista, de la cual los propios gobernantes cubanos se vanaglorian y autoproclaman doctos, al presentar en ECURED la pretendida continuidad hasta el ridículo de calificar a Jovel por oportunismo político como sucursal de La Gravi, pasan por alto este importante concepto de su propia ideología; si lo tomaran en cuenta se verían obligados a reconocer que ese tipo de relaciones, las de propiedad, convierten a La Gravi y a Jovel en DOS EMPRESAS DIAMETRALMENTE OPUESTAS, SON ANTÍPODAS, con lo cual queda pulverizado el pretendido vínculo de prolongación o continuidad.
Otro aspecto significativo que las hace totalmente diferentes es que la Jovel ha estado ligada estrechamente a capitales extranjeros, se opone a la cubanía de La Gravi, que desde su aparición a mitad de los años veinte del siglo pasado, hasta su desaparición en la década del sesenta, en que paradójicamente la nacionalizan para de esa manera comenzar a destruir progresivamente las instalaciones a la que diera vida, nada tuvo que ver con la presencia y servicio al capital extranjero; otra razón cardinal por la cual esta querida firma no es, ni nunca podrá ser, antecedente legítimo de Jovel. Sin duda son dos empresas completamente distintas a pesar de ambas dedicarse a la fabricación de jabonería y perfumería y asentarse una y después la otra en la misma localidad empleando fuerza laboral de la zona, únicas peculiaridades en común; es más, La Gravi ofreció salarios decorosos a sus trabajadores y Jovel, pese a ser inyectada con capital extranjero y de que el pretendido gobierno del pueblo y sus colaboradores extranjeros, a quienes en el vocabulario oficial se les llama miembros de asociaciones de capital mixto o inversionistas se benefician sobradamente con dólares y euros, pagan a sus empleados en la depreciada moneda cubana que no les permite (a los trabajadores) enfrentar la creciente carestía de la vida y cuando consideran que alguno lo merece le ofrecen una vez al mes, como si fuera un regalo que deben agradecer, una bolsa con algunos productos de aseo que allí fabrican. En fin, La Gravi y su historia pertenecen al pueblo de Jovellanos y a la República de Cuba, ni un ápice le corresponde a Jovel.
Al proseguir sus argumentos para demostrar que La Gravi es el antecedente de Jovel, en la citada página de ECURED expresan, cito, literal: “Esta historia comienza con la llegada a Jovellanos de Ignacio López Trelles procedente de Santi Spíritus, por los años de 1899 a 1900, en la época en que Cuba veía como la victoria alcanzada después de treinta años de lucha, le era arrebatada por el poderoso vecino del Norte, que al fin podía poner su bota sobre presa tan preciada: Nuestra Isla de Cuba.”
Y es cierto, Ignacio López Trelles, el fundador de La Gravi, llega por esa época a Jovellanos, lo cual confirman sus familiares cercanos. La información expuesta en esa cita quisiera pensar, en el mejor de los casos, tiene el propósito situar en contexto su arribo. Pero vincular su nombre y su llegada a la intervención norteamericana que en la interpretación oficial de la historia que propugnan los gobernantes cubanos es calificada como hecho que frustra la independencia de Cuba, no es casualidad, poner en contexto la llegada a Jovellanos del hombre que poco después fundara La Gravi no es el objetivo que persiguen, en realidad tratan de “deslizar” un estigma sobre Ignacio; de hecho es un grosero mensaje contra el espirituano convertido para siempre en ilustre jovellanense. Si persiguieran el sano propósito de exponer la verdad y hacerle justicia a Ignacio por lo que representa su personalidad para mi pueblo, mejor vincularlo con su procedencia desde Las Villas y la tradición patriótica de Santi Spíritus, su tierra natal, también la del Mayor General Serafín Sánchez, general de las Tres Guerras (Diez Años-Chiquita-Independencia), amigo y colaborador cercano de nuestro José Martí, quien con las tropas de espirituanos bajo su mando escribiera páginas de gloria en el combate por la independencia de Cuba contra el poder colonial español. Pero esta cita tomada de ECURED no es un hecho fortuito ni fruto de la iniciativa personal de algún descuidado, es la misma malintencionada conducta de los que se esfuerzan no sólo en tratar de manchar, sino en hacer cuanto sea posible para echar al olvido y desaparecer el nombre del fundador. Tal es así que en la calle Alcalá o Máximo Gómez, segunda en importancia de mi pueblo, existió la Academia de Segunda Enseñanza José de la Luz y Caballero, conocida popularmente como la Escuela del maestro Alberto, en alusión al nombre de su propietario, el señor Alberto Rodríguez Bermúdez; el inmueble en el que radicara el prestigioso centro de estudios fue antes la vivienda de la familia López-Muñoz y allí, en aquel sitio, al morir Ignacio, el fundador, como perpetuo homenaje a su memoria, agradecidos de su obra situaron una tarja conmemorativa que se veneró y respetó durante años. Sin embargo, cuando la llamada revolución decreta la nacionalización de la enseñanza sin miramiento alguno arrancaron la tarja y dejaron sólo los huecos de los gruesos clavos que la sostenían a la pared frontal del lugar. ¿Qué más decir de tan deplorable hecho, demostración del menosprecio y el continuado esfuerzo por echar al olvido al hombre ilustre que fundó La Gravi?
Consecuentes con la tendenciosa manera de decir, en ECURED añaden, cito, literal: “Tuvo su origen la industria Gravi a raíz de una intensa campaña del tirano Machado al inicio de su gobierno, encaminada a fomentar y desarrollar la Industria Nacional para beneficio de la burguesía.” Esta parrafada asombra; esta empresa y sus logros nada tuvieron que ver con aquella dictadura como mucho tiene que ver la Jovel con la que gobierna en mi país hace más de sesenta años. En aquel tiempo La Gravi inicia rápido y sólido auge abriéndose paso en el mercado por la alta calidad de sus productos, fruto del esfuerzo de sus trabajadores y del talento y la pericia con que el fundador de la misma y sus colaboradores conducen al éxito la naciente industria; nada tuvo que ver con la persona que se convirtiera en dictador de la República de Cuba durante su segundo mandato de gobierno. Otra vez quieren <<situar en contexto>> para de hecho lanzar otro estigma al tratar de asociar esta firma y sus logros con una dictadura. Habría que preguntar: ¿es que acaso fue injusta esa campaña de fomento de la industria nacional desarrollada por aquel gobierno? ¿Esa campaña beneficiaba o benefició sólo a la burguesía? ¿El país, los trabajadores, el pueblo, todos, podían o pudieron de alguna manera beneficiarse de esa campaña? Las respuestas son obvias, el propósito es denigrar a La Gravi, lo cual resulta totalmente contradictorio con el pretendido y descarado – disculpas por la dura, pero merecida palabra – esfuerzo por querer demostrar que esta exitosa firma es antecedente de Jovel. Por otro lado, muchos pudieran preguntarse: ¿Cuál de las dos se asoció realmente, o mejor, cuál de las dos pertenece en el más estricto sentido de la palabra a una dictadura…? Además, ¿en cuál de las dos ha puesto sus manos el capital extranjero? Las respuestas saltan a la vista hasta para aquel que no quiera ver.
Más adelante, para hablarnos del momento en que se crean las instalaciones para fabricar los polvos faciales, anteceden esa información, sin ton ni son, otra vez para <<situar en contexto>> y sin duda, con igual propósito, el de “deslizar” malsana idea, cito, literal: “El día 12 de Agosto de 1933 se desmoronó la dictadura machadista”. Habría que preguntar: ¿Y eso qué tiene que ver con el impetuoso desarrollo de La Gravi? Por supuesto, nada; no vale la pena comentar.
Aprovecho para referirme al surgimiento del vocablo Gravi. Una de las versiones asegura ser una creación de Ignacio López y Angélica Muñoz, su esposa. En el hogar del fundador buscaban cómo nombrar algunos de los productos elaborados en la farmacia La Central. Deseaban un nombre corto, agradable al oído, atractivo en la escritura, comercial. Familiares cercanos cuentan que el matrimonio utilizó un dominó de letras con el cual formaban palabras. La G era favorecida por Ignacio y a la misma fueron añadiendo y quitando diferentes caracteres hasta llegar a la palabra Gravi, la cual les gustó; consultaron con parientes y amigos a quienes también agradó y de inmediato empezaron a utilizarlo en las etiquetas de los envases de varios productos haciendo lo mismo con los de la pasta dental. Así iniciaron, con el novedoso nombre, la divulgación de sus creaciones mediante rústicos letreros hechos a mano que pegaban con engrudo o fijaban con alcayatas o puntillas en palmas y otros árboles, paredes de algunas casas y comercios.
Otra versión refiere que en aquellos tiempos, obviando la visita al médico por razones económicas, diversas personas acudían directamente a la botica o farmacia en busca de medicamentos para aliviar o curar sus males o el de alguno de sus allegados. De tal modo, en cierta ocasión entra a La Central un rústico campesino que pesaroso se presenta ante el dueño del establecimiento que en ese instante se encontraba tras el mostrador y le dice: “Buen día, Don I’nacio… Vengo pa’vé que le pué mandá a mi mujé… Ella e’tá gravi…” Ignacio lo escucha atento, responde el saludo y le pide detalles acerca de los síntomas de la enferma, a partir de lo cual indica y sirve la medicina aconsejable. Pero sin que él mismo se lo pueda explicar, permanece en su mente la palabra pronunciada con leve falta, el campesino debió decir: grave. En sus oídos queda el agradable sonido de la suave y errada palabra: gravi…
De cualquier manera, aunque no cuento con una versión totalmente demostrada, puedo asegurar que el término GRAVI se utilizó desde aquellos tiempos en la publicidad de varios productos creados en aquella Farmacia, convirtiéndose rápidamente en prestigioso nombre de singular marca comercial.
Escuché una sabia frase que quizas resume el contenido de esta página de ECURED: Una mentira sólo se completa cuando esta tejida con la verdad. Por lo demás, no todo lo que ahí se dice son inexactitudes, si se les pudiera llamar de ese modo empleando benévolo apelativo, bastan los ejemplos citados para comprender lo que pretende. Añadir que pensadores agudos mostraron desde hace muchísimo tiempo cómo es posible falsear un juicio histórico; nuestro José Martí nos dijo: “(…) el que pone de lado, por voluntad u olvido, una parte de la verdad, cae a la larga por la verdad que le faltó…” *
En fin, convencido de que Jovel nunca ha sido continuadora ni sucursal de La Gravi, llegué a la conclusión de que ECURED trata de manipularnos con sus ideas reveladoras, constante labor del multifacético aparato de propaganda de los gobernantes cubanos .
* Nuestra América. José Martí. Ensayo Cubano del Siglo XX. Antología. Pág. 24. Tierra Firme. México. 2002.